En la Ventana de un Viajero

La ventana; portal mágico que permite que a través de los ojos, el alma viaje en el tejido del tiempo y el espacio. El viaje es el desplazamiento consciente, tanto interno como externo, hacia un lugar, tanto interno como externo. Con esto, el mítico mantra de un viajero deseoso `viaje de la vida´, es de tantas posibilidades como estrellas en el cielo. Mientras un niño castigado en su cuarto mira y ve a través de su ventana una legendaria batalla de dragones y criaturas mágicas, un adolescente por la ventana ve la chica que le gusta y viaja en fantasias de amor hacia un futuro ilusionado, un anciano sentado al lado de la ventana viaja al pasado hacia sus tiernos recuerdos. ¿Es, entonces, el viaje, necesario de desplazamiento físico? Si los ojos son la ventana al alma, y las ventanas los portales de los viajes, ¿no bastaría mirar para viajar? Perdernos en los ojos de un otro es perderse en un universo de un alma más expansiva y profunda que una galaxia. ¿Qué entonces define un viaje y un viajero? Uno que mira. El saber mirar es saber viajar. Mirar es diferente a ver. Expone una intención de estar presente en el acto de la observación, del sentir, de la experiencia. ¿Y qué es un viaje sino una experiencia? La experiencia de cerrar los ojos y mirar hacia adentro es un viaje profundo, quizás el viaje de mayor autorrealización. La ventana de un viajero permita al oyente recordar que la música también en una ventana hacia un viaje. Un viaje hacia el alma del músico y hacia uno mismo. Quizás entonces, ¿será la música la llave más poderosa para abrir ventanas?
.- Maria Angel Arango